Son muchos los juegos a los que seguimos jugando de adultos, si quieres conocer un poco más acerca de ellos puedes hacerlo a través de Eric Berne,pero hoy me centro en el juego psicológico en el que entramos cuando nos comparamos con los demás.
Cuando nos comparamos con otra persona podemos quedar en inferioridad o en superioridad, pocas veces lo hacemos para quedar en igualdad. La pregunta no es tanto Porqué me comparo con los otros sino
¿Para qué lo hago?
Contestarme esta pregunta será el primer paso para hacerme consciente de mi juego personal.
Una de las grandes razones que nos lleva a compararnos es la necesidad de mejorar y hacer las cosas de una forma distinta, LA NECESIDAD DE CAMBIO, DE MEJORA y claro normalmente consideramos mejor aquello que hace o tiene el vecino que lo que nosotros hacemos , elegimos o somos. Compararse tiene mucho que ver con nuestra autoestima , con la valía que nos damos y damos a aquello que elegimos. En ocasiones llegaremos también a darnos cuenta que no nos es necesario un cambio sino una reafirmación en aquello que elegimos o somos, es decir un reconocimiento hacia nosotros.
Aún así si realmente lo que quieres es cambiar no olvides que el cambio es un gran objetivo pero cuando lo hacemos desde la comparación no estamos siendo justos con nosotros mismos ya que nos meteremos en una espiral de autoexigencia, autocrítica y reproches que lejos de cambiar sanamente lo que harán serán hacernos sentir insatisfechos con nosotros mismos y perder energía por el camino.
Para cambiar no es necesario comparase, para definirse no es necesario comprararse con otras personas, si hay alguna comparación ha de ser con nosotros mismos, es decir, buscar ser mejor que ayer, buscar limar algo con lo que no me sienta comido de mi pero no desde alcanzar ser cómo es el otro o hace el otro. La riqueza de las relaciones con los demás residen en que nos sirven de espejo, nos dan un reflejo de quienes somos que nos será útil para ver que queremos limar de nosotros mismos en nuestro hacer o en nuestro ser pero siempre siempre juega a compararte contigo, no con nadie.
Cada uno lleva su historia personal de vida, cada uno tiene diferentes gustos, diferentes familias de origen, diferentes elecciones y experiencias y el resultado de todo esto hace que seas y hagas de una manera y no de otra. Entrar en comparación sería bastante injusto, no partimos de la misma base, respeta cómo eres, quién eres y de dónde vienes y solo desde hay podrás realizar un gran cambio.
Verónica Merino Rodriguez
Psicoterapeuta infantil y adultos
Tfn, 647 612 556
namastepsicolog@gmail.com