Continuamente estamos eligiendo, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos no paramos de tomar decisiones: la ropa que nos ponemos, el pie con el que nos levantamos, si me pongo un abrigo u otro, si desayuno cereales o galletas, leche o zumo, etc..

Unas decisiones son más conscientes que otras, pero todas ellas son elecciones NUESTRAS, y hacen que valoremos una opción y la otra la descartemos.

Elegir siempre implica renunciar a unas cosas y acoger y disfrutar de otras. A veces uno intenta elegir sin querer renunciar a aquello que perdería y es entonces cuando comienza la indecisión. Para poder comenzar nuevas cosas hemos de soltar las ventajas o lo que nos aportaba lo que dejamos atrás, confiando en que eso nuevo que elegimos nos aportara también unas ganancias, distintas, pero al fin y al cabo ganancias.

Aquellas personas que se consideran indecisas e inseguras tienden a valorar sus decisiones en términos de bondad o maldad, es decir, piensan que las decisiones que toman se califican como buenas y malas. Es importante aquí cambiar el concepto para ayudarnos a decidir, no valorando que una decisión sea buena o mala, sino entendiendo que depende del momento y necesidad de cada uno es preciso tomar una u otra decisión. Las cosas no son buenas o malas, simplemente SON. Si aún así pasado un tiempo valoramos que la decisión no fue acertada siempre nos queda aprender de ello, a sabiendas que cuando uno toma una elección , en muchas ocasiones, no puede saber de antemano si esa decisión le llevara por el camino que uno considera adecuado u exitoso.

Por otro lado las personas que se caracterizan por ser más inseguras creen que no toman decisiones o que dudan en las cosas más básicas. Si te consideras inseguro te animo a que empieces con un pequeño ejercicio para volverte más ágil en la toma de decisiones:

En lo más básico de tu día a día empieza a elegir con mayor rapidez, sin demorarte mucho.Si normalmente tardas en vestirte comienza a tomar esta decisión más rápido, aunque corras el riesgo de equivocarte, hazlo así también con el resto de cosas cotidianas que realizas, por ejemplo el desayuno, la comida, cuando vas a la compra, cuando realizas tareas de casa,en la oficina,etc..

Muchas veces intentamos empezar a ser más decididos en áreas más grandes y difíciles de nuestra vida. Póntelo fácil y comienza por tu vida cotidiana, seguro que te das cuenta que puedes ser más decidido de lo que eres.

«¿Tomas algo para ser feliz?Si decisiones. «Anónimo.

Verónica Merino Rodriguez

Psicólogo Montecarmelo y Mirasierra Madrid.

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