Es fácil instalarnos emocionalmente en la queja continua de todo lo que al finalizar un día no salió como esperábamos o no nos lleno del todo. Posicionarnos psicológicamente desde la queja solo atrae más toxicidad y negativismo y pocas veces nos coloca en valorar lo que ya existe y disfrutarlo o en construir aquello que nos acerque a sentirnos más en sintonía con lo que queremos.
La queja es tóxica, muy tóxica y se convierte en un hábito mental ante nuestro día a día si no nos hacemos conscientes de cuanto la utilizamos.
- Empieza a observar cuánto te acompaña en tu día la queja, si esta muy presente.
- Mirá de qué y cómo sueles hablar con las personas con las que te relacionas diariamente: ¿Hablas de lo que no tienes o no te gusta continuamente?¿Tus conversaciones siempre tienen un cariz de queja?
- Una vez seas consciente proponte un reto diario, no un reto inalcanzable sino algo que puedas llegar a cumplir, por ejemplo plantearme no quejarme durante una semana entera alomejor te es imposible en el momento actual, propone en su lugar no quejarte en una hora, o al menos no expresar queja con dos personas de las que te relaciones hoy.
- Al terminar tu día busca aquellas cosas que tienes que agradeces, aquello que te llena y que ha hecho que el día haya merecido la pena. Es importante que busques agradecer cosas sencillas, pequeñas, simples, que no busques que en tu día tengas que haber tenido grandes cosas. Valorar lo que tienes te hará más fuerte mentalmente e ira sustituyendo a la queja si lo conviertes en un hábito diario.
Recuerda que se trata de entrenarse para salir de las ideas y pensamientos tóxicos en que nos metemos y eso lleva un tiempo, cada uno tiene los suyos, respetalos pero no abandones la tarea contigo mismo.
Buena semana
Verónica merino Rodriguez
Psicólogo Adultos, Infantil, Ayuda en embarazo, posparto y crianza.
Tfn. 647 612 556
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